Cómo Polly transformó una peluquería canina en Bungay con la ayuda de Tuft Pro.

agosto 15, 2025 11:04 am

Polly Tale and Chae Dog Grooming

En el apacible pueblo de Bungay, en Suffolk, se encuentra un pequeño estudio de peluquería canina que va mucho más allá de dejar guapos a los perros. Es un espacio de atención, confianza y comunidad, creado con cariño por Polly, la apasionada fundadora de Tail and Chase Dog Grooming.

Una aventura en solitario con mucha entrega.

El camino de Polly hacia la peluquería canina no fue el habitual. Su historia es un ejemplo de resiliencia, adaptación y compromiso de corazón.

“Estudié en una academia de peluquería canina en Norwich durante el confinamiento”, cuenta. “Hice mucho voluntariado y, más tarde, encontré este pequeño local en Bungay… y desde entonces no ha parado de crecer.”

Tail and Chase es, con orgullo, un estudio de peluquería uno a uno, algo que Polly considera fundamental para los perros más nerviosos —y también para sus dueños—.

“Les encanta la tranquilidad. El hecho de que los perros tengan solo mi atención realmente funciona.”

Este enfoque tan personal le ha traído a Polly mucho más que clientes fieles: la ha convertido en parte esencial del tejido de la comunidad local.

Bungay en el corazón y en las raíces.

”Polly no es solo una peluquera. Es vecina, amiga y una cara conocida en el pueblo.
“Muchos de mis clientes viven aquí, así que bajo por la calle y me cruzo con Fluffy o Bella”, cuenta entre risas. “Les doy una caricia y ya está, es muy agradable. Hemos creado una relación muy bonita.”

Hasta su propio perro forma parte del ambiente del barrio.
“Ahora mismo está al otro lado de la calle con su mejor amiga, Alice”, sonríe Polly. “Aquí todos nos cuidamos, es ese tipo de comunidad.”

Mucho más que mimos: la realidad de la peluquería canina.

Si le pides a Polly un consejo para quienes quieren ser peluqueros/as caninos/as, no tarda en aclarar:  “La gente piensa que solo estamos mimando perros todo el día”, comenta, “pero en realidad es un trabajo bastante físico. Pasas el día de pie, tratando con todo tipo de razas y temperamentos.”

Por eso anima a quienes quieran iniciarse a aprender de forma práctica:
“Aunque hay cursos online, no lo recomendaría. Es un trabajo que se aprende con las manos. Acompaña a alguien, haz voluntariado, pregunta. Somos bastante majos y todos estamos dispuestos a ayudar.” Y lo dice en serio: “Mi bandeja de entrada está siempre abierta”, añade con una sonrisa.

La llegada de Tuft: el cambio que necesitaba su peluquería.

Compaginar la gestión de un negocio con ser madre a tiempo completo no era nada fácil para Polly, especialmente a la hora de organizar las citas. “Usaba papel y boli, y todo empezaba a ser un caos”, reconoce.

Todo cambió cuando descubrió Tuft. “La idea de tener la agenda online me encantó”, cuenta. “Puedo acceder desde el móvil, el ordenador… incluso desde el móvil de otra persona si lo necesito.”

¡Y a sus clientes también les encanta!  “Les gusta mucho la libertad que les da. No tienen que llamar ni mandar mensajes. Pueden reservar en cualquier momento, y yo solo tengo que confirmarlo desde mi lado.”

Es un cambio sencillo, pero ha transformado por completo la forma en que Polly gestiona su día a día.
“Pasar de papel y boli a una agenda online, solo eso, ya me ha ayudado muchísimo”, explica. “Me hace parecer más profesional. Y creo que los clientes lo notan y lo valoran.”

¿La elección de Polly? Sin duda, Tuft

Polly no se lo piensa dos veces a la hora de recomendar Tuft a otros peluqueros y peluqueras caninas.
“Sí, lo recomendaría sin dudar. Me ha facilitado muchísimo las cosas”, asegura con total convicción.

Pero más allá de la tecnología, lo que realmente hace especial a Tail and Chase es Polly: su pasión, su cercanía y su compromiso inquebrantable con su oficio y su comunidad.

¿Te gustaría hacer tu día a día un poco más fácil, como hizo Polly?
Pásate a Tuft y disfruta de más tiempo para ti (y menos papeleo).